Iglesia Saint-Paul

Entre las iglesias más notables de Estrasburgo, la iglesia de Saint-Paul ocupa un lugar destacado, hasta el punto de que a veces se confunde… ¡con la catedral!

Situada en el extremo de la isla Sainte-Hélène, en uno de los lugares más bonitos de la Neustadt, constituye con el Ill y sus márgenes un conjunto paisajístico sobresaliente.

Su emplazamiento cerca del eje imperial y su puesta en escena urbanística espectacular ponen de manifiesto la importancia política del edificio, frecuentado, en su época, por el emperador.

Un símbolo del poder alemán

La iglesia de Saint-Paul fue construida entre 1892 y 1897, tras la anexión alemana, según los planos del arquitecto Louis Müller. Consta de dos agujas gemelas de 76 metros de altura y un gran rosetón de 8 metros de diámetro.

Construida en estilo neogótico renano, se inspira en gran medida en la iglesia de Santa Isabel de Marburgo en Hesse, considerada en la época un modelo de la arquitectura gótica alemana. No se trata únicamente de un guiño estético, sino de imponer simbólicamente, mediante este vínculo prestigioso, la legitimidad del poder alemán en las tierras alsacianas recién (re)conquistadas.

Visible desde cualquier parte, la iglesia representa el nexo entre la ciudad antigua y la nueva (la Neustadt, construida por los alemanes). También establece un vínculo especialmente simbólico entre el poder (representado por el palacio del emperador) y el saber (la universidad) dentro del eje imperial.

Una iglesia para la guarnición

La iglesia, destinada a la guarnición protestante, podía albergar a más de 3.000 fieles. Diecinueve puertas permitían a los militares acceder al recinto de manera ordenada, según su rango, y poder evacuarlo rápidamente en caso necesario.

Durante sus estancias en Estrasburgo, el emperador frecuentaba esta iglesia. Para ello se había habilitado una entrada especial cerca del transepto oeste. Originalmente se identificaba por el decorado esculpido de su tímpano, que representaba las armas de los Hohenzollern. La escalera particular que conduce al antiguo palco imperial, actualmente ocupado por un órgano, ha conservado su rica decoración polícroma.

La iglesia ha conservado una parte de sus vidrieras originales, que representan alegorías del Imperio y los escudos de armas de las regiones que lo componen (debajo del gran rosetón).

Al igual que su réplica católica, la iglesia de Saint-Pierre-le-Jeune, esta iglesia fue concebida como una auténtica obra de arte total. La decoración interior (las arañas, las vidrieras, las policromías, los muebles y el mobiliario litúrgico) contribuye a dar a la iglesia su unidad estilística. Aunque la iglesia solo está abierta al público en momentos puntuales, acoge regularmente interesantes conciertos.